Tiempos de Reflexión, Jesús Ángel Munilla, Editorial Massnews

13/12/2018 - Masscomm

Vivimos tiempos ciertamente convulsos en los que la “SOCIEDAD”, suponiendo que solo haya una que ampara como un enorme paraguas todo lo que debajo cobija, anda a mi entender bastante desorientada.

Las corrientes políticas, socio-políticas, económicas, culturales, etc… no dejan de ser un continuo carrusel giratorio donde todo convive, de forma difusa, con el “todo vale” porque y “¿por qué no?

¿Está la sociedad enferma? Pero si la sociedad la componemos todos los ciudadanos, ¿Es que estamos enfermos nosotros?

Noticias sueltas, aisladas, nos dicen mucho de este galimatías:

  • Arrestan a la directora financiera de HUAWEI…
  • A pesar de anular las medidas anunciadas, los chalecos amarillos continúan las protestas…
  • Se pretende volver a introducir la asignatura de filosofía en los colegios…
  • Los “tolerantes” se manifiestan para protestar por el éxito de los “intolerantes” ...
  • Esterilización obligatoria de mascotas en algunas Comunidades Autónomas, como por ejemplo La Rioja.

Podría seguir indefinidamente con noticias que defienden con igual vehemencia una cosa y la contraria, según las fuentes de donde provengan.

Es lícito, absolutamente lícito la libertad de libre comercio, la de expresión, la de pensamiento, pero ¿Quién pone los límites a las libertades? De todos es sabido que “mi libertad acaba donde empieza la tuya”, y es ahí donde precisamente radica el problema. Tanto individualmente, como colectivamente y aquí aparece LA SOCIEDAD, no distinguimos los límites. Tendemos a que nuestro camino tenga más recorrido que el de enfrente y cuando esto se produce de forma reiterada, el desequilibrio de libertades provoca todo tipo de conflictos que a la larga no conducen ni al bienestar social, ni a políticas sociales equilibradas, ni a justicias proporcionadas, etc.

Esto y sin entrar en profundidades, lo podemos trasladar a cualquier ámbito de nuestro entorno, el familiar, el laboral, el mundo de la empresa en general, y es en este último en el que recalo, habida cuenta de que gran parte de nuestra vida, la mayor parte diría yo, la dedicamos en este espacio.

Hay modelos de éxito en muchos tipos de empresa diferentes, modelos en grandes multinacionales, empresas familiares, en cualquier sector de la industria, servicios, etc. Pero si tuviéramos que valorar de verdad en qué radica el éxito de las empresas, habría que destacar el éxito económico. Evidentemente una empresa se crea para generar un tipo de actividad, dirigida a un sector del mercado, con el fin último de hacerla rentable y poder vivir de dicho negocio, tanto el empresario, como el resto del personal que compone la empresa.

Sin embargo, hay otros factores que también cuentan, y mucho, en el éxito de una empresa. Generalmente no son factores que aparecen reflejados en las cuentas anuales, el impuesto sobre sociedades, los ratios económicos, etc. No hay ratios que midan el grado de satisfacción del trabajo desarrollado, el trabajo en equipo, el salario emocional, ese que no se cobra en nómina, pero que anclan al empleado a “su empresa” por motivos que van mas allá de unos euros mas o menos.

No digo que no haya estudios o análisis sesudos que analicen estas circunstancias, pero no quedan directamente ligados al éxito de una compañía; sin embargo, no cabe duda de que existe una gran correlación entre ellos.

Si algo se valora en las sociedades pequeñas y me refiero a las que formamos en pequeños grupos, familiar, amistades, empresas, etc., es la buena relación, el respeto, la colaboración, la generosidad en los esfuerzos, la tolerancia en el grado correcto. ¿Cómo no van a influir estos valores en nuestras empresas? El predicamento con el ejemplo, el liderazgo natural, la cultura del esfuerzo, el reto de los logros, el premio y la crítica proporcionados, son algunos de los mejores aderezos que podemos incluir para conseguir una empresa sana y viva, que asuma los cambios necesarios con objetividad, fuerza y determinación.

En Masscomm y en todo el resto de las empresas de Grupo Osaba, evidentemente, no somos perfectos, pero es TIEMPO DE REFLEXION. Es una obligación que nos imponemos. Como empresa tecnológica estamos sujetos a una montaña rusa de cambios, de nuevas tecnologías, de retos continuos y, por obvio que parezca, tengo que hacer hincapié en afirmar que nuestro fin es hacer el negocio rentable y creciente en el tiempo. No obstante, es necesario afirmar, igualmente, que no integrar tantos valores y coherencia en nuestros planes, a pesar de nuestro mejorable esfuerzo, haría imposible conseguir el primero.

La suma de muchas pequeñas sociedades conforma sociedades más grandes y finalmente LA SOCIEDAD. Si individualmente no nos movemos en la dirección adecuada, ¿Cómo podríamos exigir algo si nosotros mismos no mejoramos ni un ápice aquello que nos es posible?

 SI LOGRAS MOSTRARLE A UNA PERSONA LO MALO QUE ELLA ESTÁ HACIENDO, PROCURA HACER ENTONCES LO BUENO. LA GENTE CREE SOLO LO QUE MIRA. DEJA QUE VEAN TUS OBRAS BUENAS. (Thoreau) 

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