EL RUIDO Y LAS NUECES
Voy a intentar explicarme para exponer un camino recorrido durante unos cuantos años, en el que, desde un punto de vista personal, pero trasladado al ámbito profesional, podría definir el trayecto que hemos y seguimos andando en Masscomm, para llegar a situarnos en el punto en el que estamos y por supuesto continuar en esta senda que tan claramente tenemos abierta delante de nuestro campo de visión.
Podría decir y quedaría muy bien ante la galería, que hemos seguido un guion perfectamente definido con anterioridad y que, tras seguir los pasos marcados hasta el capítulo actual, hemos conseguido llevarlo a la práctica, pero mentiría.
Podría decir que hemos tenido uno o varios golpes de suerte que nos han situado sin el ejercicio de nuestra voluntad, ante un panorama en el que nos encontramos, pero también mentiría.
¿Cómo exponer la realidad de nuestro devenir en estos últimos años? Tarea un poco complicada de desarrollar en unas pocas líneas, pero no por ello voy a dejar de intentarlo y para ello me basaré en la frase popular que sirve de título a este editorial.
Cuando iniciamos nuestra andadura como mayoristas en el año 2009, perteneciendo a un grupo empresarial con más de 50 años de experiencia, evidentemente teníamos muy claro donde empezábamos y por donde teníamos que crecer. Sin embargo, y en plena crisis, también se presentaban verdaderas oportunidades que nos hacían pensar que fuera de nuestra zona de confort, existía otro mundo paralelo y complementario que merecía ser explorado. Me refiero al mundo de las diferentes soluciones tecnológicas dentro de nuestra área de mercado, que sobrepasaban el concepto tradicional de mayorista y nos introducían en un mundo desconocido, pero tremendamente sugerente. Un mundo donde nítidamente nuestras inquietudes podrían verse muy estimuladas en el intento de conseguir, por un lado, aprender y por otro abrir nuevas puertas y posibilidades.
Aquí, en este punto, es donde el desarrollo personal y profesional tienen que ir inexcusablemente unidos, haciendo el recorrido de la propia reflexión y aprendizaje y enriqueciendo nuestro proceso evolutivo como empresa. De otro modo no seríamos capaces de aportar nada al negocio. Este proceso ha ido siempre en doble dirección: de lo personal individual hacia el grupo y puesta a disposición de la empresa, y en sentido inverso, desde el concepto de grupo y equipo, hacia el enriquecimiento personal. ¿Cómo, si no, se puede hacer ordenadamente?
Pues bien, en este ambiente de retroalimentación, hemos estado haciendo un recorrido absoluto de búsqueda de nuevos retos y oportunidades que nos permitiesen estar presentes en un mercado cada día más competitivo, pero lleno de baches (o socavones) y falsas apariencias.
Y es en esta última palabra en la que quiero poner énfasis para mis siguientes comentarios. A mí personalmente me gusta ser muy analítico, y por qué no, crítico, con cualquier solución, grupo, persona física, etc., que se nos presenta directamente o pueda contemplar en el entorno, y por desgracia, o quizá suerte, me permita interpretar de una manera rápida, si venden, o se venden con criterio y sentido común en función de lo que realmente puedan aportar, o “HACEN MUCHO RUIDO Y TIENEN POCAS NUECES”.
Las incongruentes promesas, las maravillosas presentaciones, los alardes de magnífica semántica, llegan a parecer verdaderos milagros de novedades y aportaciones que en la realidad distan mucho de ser lo que parecen y en el mejor de los casos, son el embrión de lo que se manifiesta como una solución, producto, proyecto, etc., totalmente maduro y cerrado. ¡Claro, que el que esté libre de pecado…! Vivimos, como suelo decir, en una permanente feria de las vanidades, en la que se vende mejor el PARECER que el SER. Craso error cuando se quiere seguir presente durante mucho tiempo en el mercado, con prestigio, dignidad y durmiendo tranquilos.
A riesgo de parecer exagerado, me permito manifestar que, desde mi atalaya, con más años por detrás que por delante, el tiempo es oro, pero si se vive y se siente con equilibrio, sabiendo donde se encuentra el norte y lo verdaderamente importante, y curiosamente y en paralelo, sin prisa, asumiento que todo requiere su tiempo y las aceleraciones innecesarias o precipitadas, conducen al fracaso y la frustración.
Nosotros, desde Masscomm, hemos estado preparándonos arduamente en conseguir un porfolio de soluciones con un muy marcado desarrollo tecnológico de primer nivel y estamos, ahora sí, preparados para salir a un mercado en el que nuestra imagen de mayorista se complemente y potencie con un extenso abanico de propuestas, para ofrecer a nuestro canal una serie de posibilidades que les permitan afrontar nuevos proyectos basados en soluciones globales verticales y transversales para la INDUSTRIA 4.0, soluciones SOCIO-SANITARIAS, HOTELES, SMART CITIES, SEGURIDAD GLOBAL, SOLUCIONES CLOUD, etc.
Afortunadamente, en el último año, hemos tenido ocasión de presentarnos ante distintas organizaciones empresariales, instituciones, empresas de nuestro canal, y todos, de forma unánime, han manifestado su grata sorpresa por constatar la idoneidad, ambición y posibilidades de nuestras propuestas y a la vez reconociendo el gran desconocimiento que tenían sobre nosotros.
Este reconocimiento nos aporta un importante estímulo, que no hace otra cosa que incentivarnos para proseguir en el camino iniciado. Sabemos que lo hemos hecho “en silencio”, que tenemos el cesto lleno de NUECES y que lo que toca ahora es hacer RUIDO, mucho RUIDO. La primavera se demora en aparecer, pero desde luego llegará, sin prisa.
Las cosas buenas llegan a los que saben esperar. Las mejores a los que no se rinden y luchan.